lunes, 11 de abril de 2011

NAPOLEÓN BONAPARTE

NAPOLEÓN BONAPARTE

Napoleón nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio (Córcega) y recibió el nombre de Napoleone.
Era el segundo de los ocho hijos de Carlos Bonaparte y Letizia Ramolino. Gracias a la influencia
 de su padre, la formación de Napoleón en Brienne y en la Escuela Militar de París estuvo
subvencionada por el propio rey Luis XVI. Terminó sus estudios en 1785 —a los 16 años— y sirvió
en un regimiento de artillería con el grado de teniente.

Una vez que dio comienzo la Revolución Francesa, pasó a ser teniente coronel de la Guardia
Nacional corsa (1791); sin embargo, cuando Córcega declaró su independencia en 1793, Bonaparte,
 decididamente partidario del régimen republicano, huyó a Francia con su familia. Fue nombrado
jefe de artillería del ejército encargado de la reconquista de Tolón, una base naval alzada en
armas contra la República. Reemplazó a un general herido, y, distribuyendo hábilmente sus cañones,
 expulsó del puerto a las naves británicas y reconquistó finalmente esta posición. Como
recompensa por su acción Bonaparte fue ascendido a general de brigada a la edad de 24 años.
En 1795 salvó al gobierno revolucionario restableciendo el orden tras una insurrección realista
desatada en París

LAS PRIMERAS CAMPAÑAS

Napoleón fue nombrado comandante del ejército francés en Italia en 1796. Derrotó sucesivamente
 a cuatro generales austriacos cuyas tropas eran superiores en número, y obligó a Austria y
 sus aliados a firmar la paz. En 1798 dirigió una expedición a Egipto, que se encontraba bajo
el dominio turco, para cortar la ruta británica hacia la India. Aunque conquistó este país, su
flota fue destruida por el almirante británico Horatio Nelson y el militar francés quedó
aislado en el norte de África tras ser derrotado en la batalla del Nilo. Bonaparte no se desanimó
 ante este contratiempo y se dedicó a la reforma de la administración y legislación egipcias:
la servidumbre y el feudalismo fueron abolidos y los derechos básicos de los ciudadanos
 garantizados. Los eruditos franceses que le habían acompañado en el viaje comenzaron a estudiar
 la historia del antiguo Egipto y a realizar diversas excavaciones arqueológicas, se descubrió
 la escritura geroglífica.

LA FRANCIA NAPOLEÓNICA

Napoleón decidió abandonar a su ejército y regresar a Francia (cargado de riquezas egiptas) para
 salvar el país ante la crisis del Directorio. Cuando llegó a París se unió a una conspiración
 contra el gobierno. Bonaparte y sus compañeros tomaron el poder durante el golpe de Estado
del 9-10 de noviembre de 1799 y establecieron un nuevo régimen, el Consulado. Según la nueva
constitución, Napoleón, que había sido nombrado primer cónsul, disponía de poderes casi dictatoriales.
 Más tarde en 1802, otorgó carácter vitalicio a su consulado y, finalmente, se proclamó
emperador en 1804, siempre con el apoyo total del pueblo, que lo consideraban un héroe. El
electorado mostró su respaldo absoluto a cada una de estas reformas. Bonaparte cruzó los Alpes
con un ejército en 1800 y derrotó a los austriacos en la batalla de Marengo, con lo que su poder
 quedó afianzado. Entabló negociaciones para restablecer la paz en Europa. Asimismo, firmó el
Concordato de 1801 con el Papa Pío VII, que apaciguó los ánimos en el interior del país al poner
fin al enfrentamiento con la Iglesia católica, originado desde el inicio de la Revolución.
En cuanto a la política interior, Napoleón reorganizó la administración, simplificó el sistema
judicial y sometió a todas las escuelas a un control centralizado. La legislación civil francesa
 quedó tipificada en el Código de Napoleón y en otros seis códigos que garantizaban los derechos
y libertades conquistados durante el periodo revolucionario, incluida la igualdad ante la ley y
la libertad de culto.

LAS GUERRAS DE CONQUISTA

Gran Bretaña, irritada por la hostilidad de las acciones de Napoleón, reanudó la guerra naval con
Francia en abril de 1803. Dos años después, Rusia y Austria se unieron a Gran Bretaña en la Tercera
 coalición. Napoleón descartó su plan de invadir Inglaterra y dirigió sus ejércitos contra las
fuerzas austro-rusas, a las que derrotó en la batalla de Austerlitz el 2 de diciembre de 1805.
Conquistó el reino de Nápoles en 1806 y nombró rey a su hermano mayor, José; se tituló rey de
Italia (1805), desintegró las antiguas Provincias Unidas (hoy Países Bajos), y fundó el reino de
 Holanda, al frente del cual situó a su hermano Luis, y estableció la Confederación del Rin
 (que agrupaba a la mayoría de los estados alemanes) que quedó bajo su protección. Fue entonces
cuando Prusia y Rusia forjaron una nueva alianza y atacaron a la confederación. Napoleón aniquiló
al ejército prusiano en Jena y Auerstedt (1806) y al ruso en Friedland. En Tilsit (julio de 1807),
estableció un acuerdo con el zar Alejandro I por el que se reducía enormemente el territorio de
Prusia; también incorporó nuevos estados al Imperio: el reino de Westfalia, gobernado por su hermano
 Jerónimo, y el ducado de Varsovia, entre otros.

Durante este tiempo Bonaparte había impuesto el Sistema Continental en Europa, que consistía en
un bloqueo sobre las mercancías británicas con el propósito de arruinar el poderoso comercio de
Gran Bretaña. Conquistó Portugal en 1807 y en 1808 nombró a su hermano José rey de España, tras
lograr la abdicación de Fernando VII en Bayona e invadir el país. La llegada a España de José
Bonaparte recrudeció la guerra de la Independencia española. Napoleón se trasladó a España durante
 un tiempo y consiguió varias victorias, pero la lucha se reanudó tras su partida, prolongándose
durante cinco años la guerra entre las tropas francesas y las españolas. Este conflicto supuso un
gran desgaste humano y económico para Francia que contribuyó al debilitamiento final del Imperio
 napoleónico.

LA EUROPA NAPOLEÓNICA

El Código Napoleónico se implantó en todos los Estados creados por el Emperador. Se abolieron el
feudalismo y la servidumbre y se estableció la libertad de culto (salvo en España). Le fue otorgada
 a cada Estado una constitución en la que se concedía el sufragio universal masculino y una
declaración de derechos y la creación de un parlamento; fue instaurado el sistema administrativo y
judicial francés; las escuelas quedaron supeditadas a una administración centralizada y se amplió el
sistema educativo libre de manera que cualquier ciudadano pudiera acceder a la enseñanza secundaria
sin que se tuviera en cuenta su clase social o religión. Cada Estado disponía de una academia o
instituto destinado a la promoción de las artes y las ciencias, al tiempo que se financiaba el trabajo
 de los investigadores, principalmente el de los científicos. La creación de gobiernos constitucionales
siguió siendo sólo una promesa, pero el progreso y eficacia de la gestión fueron un logro real.

Para América Latina, la figura de Napoleón Bonaparte es fundamental. Su intervención en España, las
 abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII, la entrega del trono español a su hermano José, que reinó
 en España y las Indias con el título de José I, son elementos básicos para entender los movimientos
 de emancipación y las guerras hispanoamericanas por su independencia.

LA CAÍDA DE NAPOLEÓN

La alianza de Bonaparte con el zar Alejandro I quedó anulada en 1812 y Napoleón emprendió una campaña
 contra Rusia que terminó con la trágica retirada de Moscú. Después de este fracaso, toda Europa se
 unió para combatirle y, aunque luchó con maestría, la superioridad de sus enemigos imposibilitó su
 victoria.Llegó a Francia y marchó sobre París tras vencer a las tropas enviadas para capturarle,
iniciándose el periodo denominado de los Cien Días. Establecido en la capital, promulgó una nueva
Constitución más democrática y los veteranos de las anteriores campañas acudieron a su llamada,
comenzando de nuevo el enfrentamiento contra los aliados. El resultado fue la campaña de Bélgica,
que concluyó con la derrota en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815. En París las multitudes
le imploraban que continuara la lucha pero los políticos le retiraron su apoyo, por lo que abdicó
en favor de su hijo, Napoleón II. Marchó a Rochefort donde capituló ante el capitán del buque británico
Bellerophon. Fue recluido entonces en Santa Elena, una isla en el sur del océano Atlántico. Permaneció
 allí hasta que falleció el 5 de mayo de 1821.

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