domingo, 10 de abril de 2011

LA REVOLUCIÓN DEL 10 DE AGOSTO Y EL NACIMIENTO DE LA REPUBLICA

LA REVOLUCIÓN DEL 10 DE AGOSTO Y EL NACIMIENTO DE LA REPUBLICA

El manifiesto del duque probo la complicidad de Luis XVI con los invasores
(mas bien la cómplice total era su esposa Maria Antonieta, austriaca), y
provoco la revolucion popular. Los insurgentes crearon una Comuna revolucionaria
y marcharon sobre las Tullerais donde después de varias horas de lucha, el
palacio fue forzado por los revolucionarios, arrestando al rey.

La revolución popular del 10 de agosto tuvo grandes consecuencias.

   1. Se suspendió al rey, cesando por consiguiente la vigencia de la constitución.
   2. Se nombro en Consejo Ejecutivo Provisional, dirigido por Dantón.
   3. Se elegiría, por sufragio universal, una convención encargada de revisar la Constitución.
   4. Se reconocía la Comuna de Paris como poder legitimo del Estado. Esta
comuna estaba en manos de los jacobinos, dirigidos por Robespierre y Marat.

Grandes multitudes desfilaban por las calles de París, cantando la Marsellesa
 y destruyendo símbolos del poder rea, como las flores del lis y las estatuas
de los antiguos reyes. Ante el peligro inminente de la invasión la Asamblea
proclamó a la patria en peligro, y Danton pronuncio entonces un famoso discurso,
 en que exhortaba a los ciudadanos a armarse y salir en defensa de Francia.

Entretanto, la comuna de París organizó una represión sumaria contra los
sospechosos de ser partidarios del antiguo régimen y cómplices de los invasores
(nobles y sacerdotes en su mayoría) que habían sido arrestados después del 10 de
agosto, desencadenando las matanzas de septiembre en que millares de personas
 fueron ejecutadas sin juicio legal..

Los convencionales fueron republicanos y demócratas, pero entre ellos se distinguieron
 tres grupos. Los girondinos, que ocupaban las bancas de la derecha del presidente;
 entendían que la revolución debía hacerse legalmente, respetando las libertades
 individuales. A la izquierda se ubicaron los montañeses, que se hallaban en las
 gradas más altas del salón. En este sector estaban los antiguos jacobinos, a los
que se les habían unido los franciscanos. A diferencia de los girondinos, creían que
el triunfo de la revolución debía asegurarse, sin reparar en los medios, porque por
encima de todo debía prevalecer la salvación publica. Los principales dirigentes
 montañeses fueron Robespierre, Dantón y Marat, de singular prestigio. En el centro
de la convención se encontraba la mayoría de la asamblea a la que se solía denominar,
indistintamente, centro, llanura o pantano.

Mientras las tropas austro-prusianas más amenazaban las fronteras francesas, más se
exaltaba el odio hacia todo aquel y todo aquello que defendiera o tuviera relación con
 la monarquía depuesta. Miles de nobles y sacerdotes que no habían aceptado la
desobediencia al Papa empuesta por la Constitución Civil del Clero, fueron masacrados
 en las cárceles francesas. Turbas de asesinos del bajo pueblo entraban en estos
recintos para cometer verdaderas barbaridades. Violaciones, torturas y masacres comenzaron
 a ser escenas corrientes en la Francia republicana; e incluso el maxi8mo símbolo de la
monarquía, el Palacio de las Tullerias fue incendiado y derruido. El temor se había
apoderado de todos, pues cualquiera podía ser acusado y sin juicio ser asesinado por el populacho.

Pero a pesar de que los ejércitos austro-prusianos estaban mejor dotados, la suerte de
las armas favoreció a los revolucionarios. El 20 de septiembre de 1792, en la batalla de
Valmy, las tropas francesas derrotaron abrumadoramente a los ejércitos de la coalición
extranjera. Con ese impulso de ánimo comenzó la ofensiva francesa. La convención, llevada
por el entusiasmo, declaró, en nombre de la nación francesa, "que ofrece su ayuda y
fraternidad a todos los pueblos que quisieran recuperar su libertad". Esto equivalía a
una declaración de guerra a toda Europa.

Envalentonados por el triunfo de Valmy, la Convención abolió la monarquía, cosa que ocurrió
dos días después del triunfo militar. Había nacido la Republica Francesa, la cual como
primer acto estableció que el rey debía ser juzgado. El proceso fue terrible y dramático,
pues se estaba juzgando a la persona que por años encarnó el más absoluto de los regímenes
 políticos; cosa que transformaba al proceso en una verdadera batalla entre lo viejo y lo
 nuevo. El rey tenia prácticamente su destino decidido, pues su cabeza era pedida por todo
 el pueblo; y el día 16 de enero de 1793 la Convención que lo juzgaba lo encontró culpable
 de estar aliado con los reyes extranjeros y con los emigrados con el fin de destruir la
 Republica. Terminaba el ciclo del absolutismo francés, y con el también empezarían a caer
los demás regímenes autoritarios que dominaban Europa.

El 21 de enero de ese mismo año, Luis XVI, moría en medio del silencio popular que colmaba
la Plaza de la Revolución. Aloja afilada de la guillotina desgarro su cuello, y al instante
 de caer en una cesta su cabeza ensangrentada, el verdugo la tomo de los pelos y la mostró
a la muchedumbre que miraba azorada el espectáculo increíble. Con este acto la monarquía
absolutista acababa de ser decapitada y comenzaba la más espeluznante etapa de la historia
 francesa.

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