domingo, 10 de abril de 2011

Maximilien Robespierre

Maximilien Robespierre

Maximilien François Marie Isidore de Robespierre (Arras, 6 de mayo de 1758 – París, 28 de julio de 1794) fue un político francés (apodado «El Incorruptible»
por su dedicación a la Revolución y por su resistencia a los sobornos) y uno de los más importantes líderes de la Revolución francesa. Fue uno de los miembros
 más influyentes del Comité de Salvación Pública, que gobernó de facto durante el periodo en el que los revolucionarios consolidaron su poder, etapa denominada
 sobre todo en la tradición anglosajona como Reinado del Terror. Robespierre fue guillotinado el 28 de julio de 1794 (10 de Termidor) junto a 21 de sus seguidores.

Infancia y juventud

Maximilien Robespierre era el hijo mayor de Maximilien-Barthélémy-François de Robespierre (nacido en 1732), abogado ante el Consejo Supremo de Artois, y
Jacqueline-Marguerite Carraut (nacida en 1735), hija de un cervecero de Arras. Después de conocerse en 1757, los dos jóvenes se casaron el 2 de enero de 1758.
 Nacido en Arras el 6 de mayo siguiente, Robespierre fue por lo tanto concebido fuera del matrimonio. Su padre era descendiente de una familia de artesanos
 textiles: su abuelo, Maximilien (1694 - 1762) también fue consejero del Consejo Supremo de Artois, su bisabuelo Martín (1664 - 1720) fiscal en Carvin, su bisabuelo
Robert (1627 - 1707) notario en Carvin y agente judicial de Oignies. La pareja tuvo cuatro hijos más: Charlotte, en 1760, Henriette-Eulalie-Françoise en 1761 y Agustín
 en 1763, el más joven nació el 4 de julio de 1764. Pero la madre murió diez días después, a la edad de veintinueve, falleciendo a continuación el recién nacido.
Robespierre tenía seis años. De acuerdo a Las Memorias de Charlotte, François de Robespierre habría abandonado a sus hijos poco después de la muerte de su esposa.
Por el contrario, según Gerard Walter, encontramos rastros de él en Arras, hasta marzo de 1766 y de nuevo en octubre de 1768. Existen dos cartas de François de
 Robespierre enviadas a Mannheim, confirmando que vivió en Alemania en junio de 1770 y octubre de 1771. Al año siguiente, según el Registro de las audiencias del
Consejo de Artois, habría vuelto a Arras, donde sostuvo quince casos del 13 de febrero a mayo de 22. Por último, en marzo de 1778, a la muerte de su padrastro, una
sentencia de los regidores de Arras, indicaba que aun ausente, estaba representado. Posteriormente, de acuerdo a este documento se pierde su pista. Sin embargo, un
acta de entierro sitúa su muerte en Munich el 6 de noviembre de 1777, de acuerdo a la versión de Henri Guillemin y Catherine Fouquet pero esto es rechazado por Gérard
 Walter, como hipótesis de un periplo en América.

Después de la muerte de su madre, las niñas fueron recogidas por sus tías paternas, los chicos por su abuelo materno, Jacques Carraut. Maximilien ingresa, en 1765,
en el colegio de Arras (Antigua institución jesuita ahora administrada por un comité local designado por el obispo). Charlotte, en sus memorias, dice que la actitud
 de Maximilien había experimentado un gran cambio en el tiempo y que, consciente de que de alguna manera ya era el cabeza de la familia, se hizo más grave y serio.
En 1769, gracias a la intervención del canónigo Ayme con obispo de Arras, obtuvo una subvención de 450 libras al año de la Abadía de San Vaast y entró en el Colegio
 Louis-le-Grand de París.

A pesar de su extrema pobreza, fue un brillante estudiante en el Colegio Louis-le-Grand (de 1769 a 1781), donde tuvo por compañeros de clase a Camille Desmoulins,
 y Louis-Marie Stanislas Fréron. Su nombre fue citado en repetidas ocasiones en la distribución de los premios del Concurso General: Segundo para el premio en Latín
y el sexto accésit para la versión latina de 1772, cuarto premio de verso latino y la versión latina en 1774, dos segundos premios en Latín y el cuarto accésit de
 versión griega en 1775, el primer premio en retórica en 1776, etc. Según el Abad Proyart prefecto de la universidad, fue un alumno estudioso, dedicado exclusivamente
a trabajar, solitario y soñador, poco expansivo. Muy apreciado por sus maestros, fue elegido, aprovechando la visita posterior a su coronación que hizo en 1775 Luis
 XVI al Liceo Louis-le-Grand donde Maximilien Robespierre (de 17 años) leyó un discurso en latín para el Rey cargado de loas y honores. El día del discurso, Robespierre
 y la multitud esperaron bajo la lluvia varias horas a que el rey y la reina llegaran. Tras su llegada ambos permanecieron en el carruaje durante la ceremonia y se
marcharon justo a su finalización. Se cree que Robespierre pudo estar entre quienes gritaron "muerte al rey".

Según las memorias póstumas de Brissot, testimonio rechazado por Gérard Walter por inverosímil, por razones cronológicas, habría sido empleado durante cierto tiempo
 del hijo del Procurador Nolleau. Se licencia en Derecho por la Facultad de París el 31 julio de 1780, se graduó en concesión de licencias el 15 de mayo de 1781 y se
inscribió en el registro de los abogados de la asamblea de París, después de dos semanas. El 19 de julio, tras un informe del director de la escuela, se le concede una
recompensa de 600 libras.

Inicios en la política

Robespierre decidió presentarse a las elecciones a los Estados Generales de abril de 1789, haciéndose conocido en su localidad por su panfleto Adresse à la nation artésienne.
 Si bien los principales terratenientes de la provincia se presentaron para la elección, el 26 de abril Robespierre fue elegido como el quinto diputado del Tercer Estado.

Al reunirse los Estados Generales en Versalles el 5 de mayo de 1789, la pasión de Robespierre empezó a ser evidente. Mirabeau dijo de él: «Este joven hombre cree en
lo que dice, va a llegar lejos». Ferviente partidario de las ideas de Rousseau, ya le empezaba a dar forma propia en sus discursos en la asamblea, que eran tachados de
 extremistas por la mayoría.

Gran orador en la Asamblea Constituyente (se le registran unos 150 discursos hasta 1791), se fue perfilando como uno de los líderes del pequeño grupo de extrema izquierda
denominado despectivamente por Mirabeau como «Las treinta voces».

Desde la época de los Estados Generales, Robespierre había participado en el club de «Los amigos de la Constitución», que al trasladar su recinto al edificio de los monjes
 jacobinos (dominicos) serían reconocidos como los «jacobinos». Rodeado de personas del origen social parecido, y al volverse cada vez más un club muy restringido, Robespierre
 fue ganando terreno hasta convertirse en el líder del movimiento en el verano de 1792.

La fuga del rey y su detención en Varennes arruinó las posibilidades de una monarquía constitucional viable. Si bien Robespierre guardó aparente cautela, miles de manifestantes
 decidieron pedir la abdicación del rey en el Campo de Marte el 17 de julio de 1791, siendo dispersados a balazos por el batallón al mando de La Fayette. Los líderes de izquierda
 temieron por la reacción, Marat pasó a la clandestinidad, Danton a Inglaterra, Robespierre se mantuvo en París, refugiándose en la casa de Maurice Duplay, un ebanista que residía
 en Rue Saint-Honoré y simpatizante jacobino, reforzando su posición al mantenerse en París y con su club durante esta grave situación.

El 30 de septiembre, en la disolución de la Asamblea Constituyente, Pétion y Robespierre, que gozaban de un tremendo apoyo popular, se convirtieron en dos de las figuras más
representativas del momento.

El Terror

Denunció la guerra de Francia contra Austria (1792), por considerar que Francia no estaba preparada para un conflicto de tal magnitud. Formó parte de la Convención Nacional, que
 se eligió por sufragio universal, y en la que se sentó entre los montañeses, llamados así por tener sus escaños en la parte alta del hemiciclo de la Asamblea Nacional. El apoyo
 de los revolucionarios de París (los sans-culottes) en las asambleas de cada distrito y municipio de la región parisina, llevó a Robespierre al poder: primero como miembro de la
Comuna revolucionaria (el ayuntamiento) que ostentaba el poder local; luego como representante de la ciudad en la Convención Nacional que asumió todos los poderes, y en la que
Robespierre apareció como portavoz del partido radical de la Montaña (junto con Danton y Marat). Fue en este momento cuando Robespierre manifestó abiertamente su republicanismo.
Luchó firmemente contra los girondinos, el grupo de diputados moderados procedentes de la región de Burdeos, la Gironda, grupo de carácter conservador que abogaba por un Estado
 descentralizado y se inclinaba por mantener la monarquía constitucional o, en todo caso, llevar a cabo una revolución moderada. Ya antes, Robespierre estaba en desacuerdo con los
girondistas sobre la conveniencia de la guerra contra las monarquías europeas, que los girondistas defendían con el argumentos de llevar la libertad a los súbditos de los reyes.
 Robespierre estaba en contra, convencido de que "nadie quiere a los misioneros armados". Los girondinos constituían un grupo de presión político muy fuerte en la Asamblea Nacional
pero al oponerse a la línea de firmeza republicana radical que representaban los jacobinos y tras su rechazo a la ejecución de Luis XVI (que consideraban excesiva), Robespierre no
 cesó de atacarlos salvajemente en sus discursos. Finalmente, en 1793, Robespierre, apoyado por unas masas populares convenientemente dirigidas, dio un golpe de Estado y desmanteló
el grupo girondino, arrestando a todos los dirigentes principales que pudo capturar.

La situación de la República en ese año de 1793 era de extrema gravedad, acosada en sus fronteras y con graves disturbios en su interior. Existía, asimismo, una seria desconfianza
hacia el poder de los gobiernos y la línea política jacobina propugnaba que la Asamblea Nacional fuera el centro del poder político, siendo los ministros meros ejecutores de las políticas
emanadas de la Asamblea, con lo que Robespierre controlaba de este modo todo el poder. El acoso sufrido por la República provocó la formación del llamado Comité de Salvación Pública dotado
 de poderes especiales pero que debía rendir cuentas ante la Asamblea mensualmente de sus decisiones y actividad. El 9 de Termidor del año I (27 de julio de 1793), Robespierre entró a
 formar parte del Comité de Salvación Pública y gracias a su prestigio se convirtió en el principal dirigente de la nueva república, el de la «dictadura jacobina» obligada a proponer
 y ejecutar medidas excepcionales que se consideraban indispensables para salvaguardar la República de las graves amenazas tanto internas (guerra civil en la región de Vendée) como
 externas.[cita requerida]

Actuar en ejercicio de la Virtud, esto es, ejercerla individual y colectivamente, es una de las claves del pensamiento republicano de Robespierre; pero en los momentos históricos que
atravesaba Francia y su nueva república democrático popular (la del periodo de dominio jacobino), el peligro que representaban los enemigos de la república era real: los legitimistas
 franceses, los expatriados franceses en Inglaterra o en los reinos alemanes y los conflictos constituían una amenaza. Robespierre consideraba que la República debía defenderse de
 forma contundente y rápida, arrebatando a sus enemigos la iniciativa, y a esa acción la denominaba el «Terror», esto es, según él, la aplicación inmediata de la justicia republicana
con el objetivo de neutralizar a los enemigos de la República. De esta forma, el Terror, en el lenguaje republicano jacobino, es una acción en defensa de la Virtud, al objeto de
defender el bien público, la República, estando obligado el Comité de Salvación Pública que asumía la defensa de ésta a dar cuenta pública de sus acciones. Desafortunadamente, la
 puesta en práctica de tales principios a manos de algunos "delegados en misión" (comisarios delegados en las provincias) condujo a ejecuciones en masa de todo sospechoso de ser
 contrarrevolucionario.

El periodo del Terror supuso la muerte en la guillotina de miles de personas, muchas de ellas obreros y campesinos, pero sobre todo fue un símbolo de ruptura total con el pasado
absolutista y la monarquía. Robespierre había sido un firme partidario de la abolición de la pena de muerte, pero su percepción se modificó al asumir la obligación de defender la
República de sus enemigos, llegando a considerar que estaba justificada, siempre y cuando el ejecutado fuese un "enemigo".

La dinámica de continuos enfrentamientos internos sometió a la República de Robespierre a una gran tensión. Robespierre jugaba un papel más o menos centrista en el gobierno
 revolucionario. Se enfrentó a los ultrarrevolucionarios o Heberistas (seguidores de Hébert) (24 de marzo de 1794), así como a los llamados «Indulgentes» agrupados en torno a
Danton y Desmoulins (5 de abril de 1794). Actuando según el procedimiento habitual, la Comité de Salvación Pública procedió a eliminar a la oposición, tal y como se había hecho
con los girondinos: Danton, Desmoulins y Hébert fueron detenidos, juzgados sumariamente y ejecutados en la guillotina.

Maximilien Robespierre trató entonces de imponer su ideal de república democrática y virtuosa. "El terror, sin virtud, es desastroso. La virtud, sin terror, es impotente." La
propuesta republicana de Robespierre asumía los valores de la Ilustración y los desarrollaba políticamente en la práctica, coronándola espiritualmente con la institución del Culto
 al Ser Supremo, en realidad una concesión teísta frente a los sectores más abiertamente antirreligiosos. El sistema administrativo escogido fue el centralista, potenciando el francés
 como único idioma para la enseñanza, lo que a largo plazo supuso prácticamente la erradicación de las lenguas romances del sur, el bretón, y el vascuence.

Teoría del gobierno revolucionario
La teoría del gobierno revolucionario es tan nueva como la revolución que la ha traído. No hay que buscarla en los libros de los escritores políticos, que no han visto en absoluto
esta Revolución, ni en las leyes de los tiranos que contentos con abusar de su poder, se ocupan poco de buscar la legitimidad; esta palabra no es para la aristocracia más que un asunto
 de terror; para los tiranos, un escándalo; para mucha gente un enigma. El principio del gobierno constitucional es conservar la República; la del gobierno revolucionario es fundarla.
El gobierno constitucional se ocupa principalmente de la libertad civil; y el gobierno revolucionario de la libertad pública. Bajo el régimen constitucional es suficiente con proteger a
 los individuos de los abusos del poder público; bajo el régimen revolucionario, el propio poder público está obligado a defenderse contra todas las facciones que le ataquen. El gobierno
 revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo no les debe sino la muerte.
Robespierre, La teoría del gobierno revolucionario

Robespierre, sometido a una continua presión y deseoso de aplicar su programa sin trabas, empezó a ausentarse de las reuniones formales del Comité de Salvación Pública; esto provocó una
 gran inquietud entre miembros de la Convención y del propio Comité incluso entre quienes habían sido hasta entonces partidarios del terror (Fouché, Barras, los diputados del Marais[cita
 requerida]), que temían, muy justificadamente, seguir los pasos de Danton y Hébert. La instauración del Gran Terror (Ley de Pradial, año II — 10 de junio de 1794), fue considerada innecesaria,
ya que tras las victorias militares (Fleurus, 26 de junio de 1794) la Revolución ya estaba consolidada y no era preciso un régimen tan extremista. Pensando, no sin razón, que la continuidad
 de "El incorruptible" al frente del Comité de Salvación Pública implicaría que Robespierre estaba ahora decidido a limpiar la República de todo aquel que pudiera rivalizar con él en el
liderazgo de la nación, por lo que comenzó a fraguarse un golpe de estado en el interior del propio poder revolucionario, cuya cúpula estaba repleta de girondinos no confesos, de jacobinos
 deseosos de vengar las muertes de Danton y Hébert, o simplemente de gente temerosa de ser acusada de traición y ajusticiada en consecuencia por el inflexible Robespierre

Atentados contra Robespierre

Maximilien Robespierre sufrió dos intentos de asesinato: el primero fue el de Cécile Renault el 23 de mayo de 1794. Inspirada por el ejemplo de Charlotte Corday, dejó su domicilio con dos
 cuchillos escondidos en el fondo de una cesta, y fue a casa de los Duplay. Al sospechar de ella Eléonore Duplay, no la dejó entrar y llamó a la guardia. Llevada ante el Comité de Salvación
Pública, Cécile Renault negó haber intentado matar a Robespierre. A pesar de todo fue condenada a muerte y ejecutada el 17 de junio.

El otro lo perpetró el realista Henri Admirat el 22 de junio de 1794. Henri Admirat persiguió a Maximilien Robespierre y, por una serie de casualidades, no logró encontrarlo y disparó dos
 veces a Jean-Marie Collot d'Herbois, un miembro de la Convención del que se decía que había llevado el asesinato al nivel de una de las bellas artes. Fue detenido y ejecutado en compañía
de un grupo de personas a las que no conocía y a las que se acusó de conspirar con él.
[editar] Golpe de estado termidoriano y ejecución de Robespierre

El 8 de Termidor del año II (26 de julio de 1794), Robespierre pronunció un discurso extraño que se podía interpretar como un testamento político, pero también como aviso de que iba a denunciar
ante la Convención a nuevos traidores a la revolución. Al día siguiente, apareció uno de sus colaboradores más estrechos, Saint-Just , para presentar un informe del Comité sin haberlo leído antes
 a los otros miembros del mismo. Aunque se trataba de una propuesta de conciliación, algunos diputados, aterrados ante la posibilidad de que fuera a reclamar la depuración dando nombres, comenzaron
 a dar gritos, impidiéndole seguir con el discurso. Un grupo de diputados fue especialmente activo en este sentido, ya que en los días anteriores habían planeado la caída de los robespierristas.
 Finalmente, después de que el centro le negara su apoyo, Robespierre fue acusado de dictadura y fue detenido junto con otros dos miembros del Comité, Saint-Just y Georges Couthon. El hermano de
Robespierre, Augustin, junto con Philippe Le Bas, miembro del Comité de la Seguridad General, pidieron ser arrestados junto con ellos. Liberados de la cárcel por la Comuna de París, que les prestó
 apoyo, los robespierristas se refugiaron en el edificio del ayuntamiento, respaldados por un sector del ejército liderado por el general Hanriot. Esa misma noche, las tropas leales a la Convención,
 asaltaron el Hôtel de Ville, que se había ido vaciando a medida que pasaban las horas. El edificio, tras un tiroteo durante el cual Robespierre resultó herido de un disparo en la cabeza (no se sabe
 si fue autoinflingido o producto de la escaramuza), cayó en manos termidorianas. Al día siguiente, Robespierre fue conducido a la plaza de la Revolución (hoy plaza de la Concordia) en la que cientos
 de personas habían muerto durante los meses anteriores, y fue guillotinado junto a 21 de sus colaboradores, como Saint-Just , Georges Couthon o el general Hanriot. El cuerpo de Robespierre fue enterrado
 junto a los de los otros 21 condenados en una fosa común en el cementerio de Errancis, en la cual fue vertida cal viva, a fin de borrar todo rastro. Su caída acabó con el Terror y a la vez con el impulso
 democrático de la República.

YONER VARELA
CRF

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