domingo, 10 de abril de 2011

LA REVOLUCIÓN POPULAR DEL 14 DE JULIO Y EL FIN DE LA MONARQUÍA

LA REVOLUCIÓN POPULAR DEL 14 DE JULIO Y EL FIN DE LA MONARQUÍA

Entre tanto, se preparaba un golpe militar para disolver la Asamblea mediante mercenarios extranjeros al servicio del rey. Se
disolvería la asamblea, se arrestaría a los diputados y se saquearía la ciudad. Cuando se supo que el rey había destituido a
Necker, todos creyeron que comenzaba el golpe militar contrarrevolucionario.

La excitación popular era estimulada por elocuentes oradores-como el periodista Camilo Desmoulins-, y por la acción subrepticia
de los partidarios del duque de Orleáns, primo del rey. El pueblo reunió toda clase de armas, saqueando armerías y arsenales.

El 14 de julio el pueblo asalto la Bastilla, la prisión del Estado, y símbolo del absolutismo. Este edificio antiguo, de la
época medieval, era un castillo-cárcel, donde antiguamente se encerraba a los opositores políticos; pero el día del asalto
solo se encontraron 7 presos comunes. Mas allá de esta anécdota, la caída de la Bastilla significa la destrucción del absolutismo
 y daba comienzo a la participación del pueblo en la política francesa.

El rey cedió entonces. Ordeno el alejamiento de las tropas extranjeras de Versalles, designo nuevamente a Necker como ministro
 y fue a Paris para recibir, de manos del marques de La Fayette – jefe de la guardia nacional, milicia de ciudadanos que se
había creado en esos días-, el emblema de la revolución, la escarapela tricolor: con los colores rojo y azul, de la ciudad de
Paris, y blanco, de la monarquía.

El 14 de julio salvó a la Revolución, comprometida por el golpe militar monárquico y dio a la Asamblea el respaldo de una
fuerza hasta entonces desconocida. Se organizo la guardia nacional en París y se difundió al interior

También provoco la migración de príncipes y altos jefes del ejercito. Desencadeno una revolución agraria y social. Los campesinos
 en armas asaltaron castillos y residencias señoriales, buscando los documentos en que se consignaban los antiguos derechos
feudales; incendiaron los edificios de las oficinas de recaudación de los impuestos, que tan desconsideradamente les gravaban.
Destruyendo así el régimen feudal.

La asamblea, al saberlo, lo aniquilo legalmente, los constituyentes declararon "la injusticia de derechos adquiridos en tiempos
 de ignorancia y de tinieblas", y dispusieron "la destrucción completa del régimen feudal", aboliendo los impuestos, tributos
y tasas propios del régimen.

La Asamblea formuló los principios fundamentales del nuevo régimen, que fueron consignados el 27 de agosto de 1789 en la
"Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano."Este documento no fija solamente derechos y libertades para el hombre
francés de 1789, sino para todos los hombres, de todos los tiempos y de todas las regiones del mundo.

Estableció en primer término, que la soberanía residía en la nación, de quien delegaba toda la autoridad. El rey no era mas
que un delegado, un mandatario del pueblo. Este principio tiene sus bases en el Contrato social de Rousseau y por los redactores
 de la constitución norteamericana.

En segundo lugar que el pueblo expresa su voluntad soberana por medio de la ley, que debía ser la misma para todos, y a cuya
formación tienen derecho a concurrir todos. En el antiguo régimen, en cambio las leyes eran distintas según la clase social.

En tercer lugar fue la separación de los poderes como lo preconizo Montesquieu.

Estableció que los hombres poseen derechos anteriores al Estado y que el fin de este es garantizarlos. Esos derechos son naturales,
 es decir, inherentes a la propia calidad humana; imprescriptibles, vale decir, que no pueden perderse por efecto del tiempo;
inalienables o que no pueden renunciarse, y sagrados. Estos derechos naturales son la libertad, la igualdad, la propiedad, la
seguridad, libre opinión y la resistencia a la opresión. Entre otras declaraciones del documento.

El rey demoró más de un mes en aprobar los decretos que destruían al antiguo régimen. Ante esta demora se creyó en una
contrarrevolución y se obligó al rey y su corte a instalarse en París. Luego de aprobados los decretos, la asamblea siguió
 sesionando. Resolvió que todos los bienes de la Iglesia pasaran a poder de la nación, a cambio de lo cual esta se hizo cargo
de los gastos eclesiásticos. En agosto de 1790 la Constituyente reorganizó la Iglesia, colocándola bajo el dominio del Estado
por la llamada constitución civil del clero. Los sacerdotes y obispos eran elegidos sin intervención del Papa, por mayoría de
votos, por los mismos ciudadanos que sufragaban en las elecciones políticas. El Papa no acepto esta medida naciendo una fuerte
oposición católica, pues la mayoría de la población era católica. El Estado obligó al clero a jurar su adhesión a la nueva
organización civil, y solo una reducida minoría lo hizo. La reforma religiosa provoco también, una honda reacción en el espíritu
profundamente católico del rey, decidiéndolo a romper, definitivamente, con la Revolución y huir al extranjero.

Luis XVI consiguió escapar de Paris con su familia en junio de 1791, pero fue detenido en la localidad de Varennes y traído
prisionero a París.

LA CONSTITUCIÓN DE 1791. La asamblea trabajó mas de dos años, en la preparación de la primera constitución francesa, aprobada en
 1791, constitución moderada, para una monarquía liberal, al estilo ingles. Se dividió el poder en ejecutivo, legislativo y
judicial. El primero era ejercido por un monarca, con el título de "rey de los franceses, por la gracia de Dios y por la voluntad
 de la nación". Era inviolable e irresponsable, y nombraba los ministros que habían de acompañarle en sus tareas. Sancionaba
 las leyes que votaba la Asamblea Legislativa, pero en caso de desacuerdo podía vetarlas. El poder legislativo fue desempeñado
 por una sola cámara, la Asamblea Legislativa, compuesta por 745 deputados. El poder judicial fue desempeñado por jueces elegidos
 por el pueblo.

Se crearon gobiernos local: las comunas. El sistema electoral fue censatario, ya que solo podían votar los llamados ciudadanos
activos, que pagaban ciertas contribuciones. El rey juró solemnemente acatarla y cumplirla en todos sus detalles
( 14 de septiembre de 1791)

INESTABILIDAD INTERIOR EN FRANCIA

Diversas circunstancias crearon un ambiente desfavorable para la consolidación de la monarquía constitucional.

En primer termino el propio rey quien buscó ayuda extranjera para acabar con la revolución.

En segundo lugar, los nobles difamaron el nuevo régimen y trataron de conseguir la invasión de Francia por las fuerzas imperiales.

En tercer lugar, los católicos, indignados con la constitución civil del clero, se sublevaron en algunas regiones de Francia.

Por ultimo, los mismos revolucionarios estaban divididos. Los constitucionales, o fuldenses, sostenían la aplicación
estricta de la Constitución y el mantenimiento integral de los poderes del rey. Los jacobinos buscaron reformar la constitución,
 reduciendo los poderes del rey. Entre los jacobinos se destacó un núcleo de diputados llamados los girondinos, que provenían del
 departamento de la Gironda, este grupo desarrolló una profunda política cada vez mas violenta contra Luis XVI. Para
 desenmascarar al rey, y con la ilusión de extender por Europa los principios revolucionaros, los girondinos propiciaron
la guerra, convencidos que con ella unificarían a los patriotas frente a enemigos comunes; como en toda historia siempre
están los erráticos creyentes de que la guerra llevará a la libertad. El otro grupo eran los llamados cordeleros o franciscanos,
de tendencia republicana, acaudillados por Dantón, joven abogado de gran popularidad, y por el periodista Marat, carecían
de influencia en la Asamblea, pero la tenían entre le pueblo de París.

El rey, para aplacar a los girondinos, sustituyo algunos de sus ministros fuldenses por otros de aquella filiación. El
ministerio girondino obligó a Luis XVI a aprobar la declaración de guerra contra Austria. Los ejércitos revolucionarios,
carentes de jefes y oficiales, retrocedieron en desorden ante el enemigo, y la Asamblea Legislativa promulgó tres decretos,
que agravaron el conflicto con el rey. El primero licenciaba una parte de la guardia real; el segundo, deportó a los
 sacerdotes refractarios y el tercero, formo un ejercito para la defensa de París. El rey vetó estos decretos y destituyo al
ministro girondino.

Millares de parisienses armados se dirigieron a el palacio de las Tullerías y desfilaron tumultuosamente ante el monarca,
reclamando a gritos el levantamiento del veto, pero no se retractó. Los sucesos internacionales eran cada vez más desfavorables
 para Francia. Prusia se plegó a Austria y sus ejércitos invadieron Francia. El general prusiano, duque de Brunswick, declaró
 que sus tropas "querían librar al rey y a su familia del cautiverio en que lo tienen los revolucionarios" y que si el rey era
amenazado, "Paris seria castigada con una ejecución militar y una destrucción total".

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