domingo, 28 de noviembre de 2010

Parte 5

Este programa era en ellos un programa poético, pero preparó, en Francia, el programa filosófico de los años cincuenta y sesenta. Querría recordar el vínculo entre ambos: Lacan o Lévi-Strauss han frecuentado y conocido a los surrealistas. Hay pues en esta historia compleja una relación entre proyecto poético y proyecto filosófico y el desplazamiento conceptual que propone. Asistimos entonces a un cambio espectacular de la escritura filosófica. Muchos de entre nosotros estamos habituados a esta escritura, la de Deleuze, la de Foucault, la de Lacan; y nos representamos mal en qué punto es una rupturaextraordinariaextraordinaria con el estilo filosófico anterior. Todos estos filósofos se han esforzado en poseer un estilo propio, en inventar una escritura nueva; han querido ser escritores. En la obra deDeleuze o deFoucault, encontrareís alguna cosanuevo a todos los efectos en el movimiento de la frase. La relación entre el pensamiento y el movimiento de la frase es en todos los sentidos original. Tenéis un ritmo afirmativo en todo nuevo; un sentido de la fórmula que es también espectacularmente inventivo. En la obra de Derrida, encontraréis una relación complicada y paciente de la lengua con la lengua, un trabajo de la lengua sobre ella misma, y el pensamiento pasa a través del trabajo de la lengua sobre la lengua. En la obra de Lacan, tenéis una sintáxisespectacularmente compleja que no se parece finalmente más que a la de Malarmé, heredera directo de la sintáxis de Mallarmé y entonces sintáxis directamente poética.
Hubo así pues una transformación del estilo filosófico y de las tentativas para desplazar las fronteras entre filosofía y literatura; es necesario recordar queSartre es también novelista y dramaturgo lo que es una novedad, es también mi caso. La particularidad de esta filosofía francesa es jugar sobre varios registros de la lengua y desplazar la frontera entre la filosofía y la literatura o entre la filosofía y el teatro. En el fondo, se podría decir que una de las metas de la filosofía francesa ha sido crear un lugar de escritura nuevo donde la literatura y la filosofía serían indiscernibles; un lugar que no sería ni la filosofía como especialidad, ni exactamente a literatura, pero que sería una escritura donde no se puede distinguir tampoco la filosofía y la literatura, es decir, donde no se puede distinguir más entre el concepto y la vida, pues finalmente esta invención de escritura consiste en dar una nueva vida al concepto, una vida literaria al concepto. A través de esta invención, esta nueva escritura, se trata finalmente de decir el nuevo sujeto, de crear en filosofía la nueva figura del sujeto, la nueva batalla a propósito del sujeto. Pues no puede ser el sujeto racional consciente venido directamente de Descartes; no puede ser, para decirlo mástecnicamente, el sujeto reflexivo; debe ser alguna cosa más oscura, más vinculada a la vida, al cuerpo, un sujeto más vasto que el sujeto consciente, alguna cosa que es como una producción o una creación que concentra en ella fuerzas más vastas. Que ella tome la palabra sujeto, o que no la tome, es eso lo que la filosofía francesa intenta decir, encontrar y pensar. Es porque el psicoanálisis es un interlocutor, porque al fondo la gran invención freudiana ha sido también una nueva proposición del sujeto. Lo que Freud ha introducido con la idea del inconsciente era precisamente que la cuestión del sujeto era más vasta que la consciencia, es la significación fundamental de la palabra inconsciente.

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